Os traemos la receta de almendras tostadas al horno de mi abuela, si seguís los pasos, os quedarán crujientes y muy sabrosas.
Si te gustan las almendras tostadas, lo mejor es tostarlas en casa a partir de almendras de calidad, de esta forma te quedarán mas ricas y sabrosas y conservarán todas sus propiedades.
Hay que tener en cuenta que todas las almendras sean del mismo tamaño para que se tuesten todas de manera uniforme. Aconsejamos utilizar las variedad de almendra Belona y la almendra Marcona, ya que estas almendras tienen forma redondeada y quedan muy crujientes y muy vistosas para servirlas como aperitivo.
Además ambas variedades poseen un alto contenido de aceite y un sabor intenso, por lo que son especialmente apropiadas para elaborar este tipo de recetas, dando como resultado unas almendras jugosas y crujientes.
Ingredientes
Para la elaboración de estas almendras tostadas unicamente usaremos almendras 100% naturales, no utilizaremos sal ni ningún otro ingrediente.
Elaboración de la receta de almendras tostadas
- Precalentamos el horno a 180 grados.
- Primero escaldamos las almendras en agua hirviendo durante dos minutos para que la piel marrón quede suelta (así se podrán pelar una vez tostadas).
- Las escurrimos y las secamos sobre una superficie plana con un poco de papel absorbente para quitar el exceso de humedad.
- Las distribuimos en la bandeja del horno en una sola capa, sin formar montones, para que se tuesten uniformemente.
- Tenemos que moverlas cada 4 minutos (muy importante para conseguir el tostado ideal).
- El tiempo total de tostado es aproximadamente 20 minutos. (esto dependerá del horno que utilicemos, no te descuides porque se queman fácilmente).
- Cuando empiezan a hacer un ruido tipo chasquido es que ya están casi. Las volvemos a mover, calculamos dos minutos más y ya estarán listas para sacarlas del horno. Este momento es muy importante porque pueden quedarse crudas o, si nos excedemos de tiempo, tostarse demasiado.
- Cuando las saquemos del horno, las ponemos en un cuenco bien envueltas con un trapo de cocina para que se enfríen muy lentamente, así conseguimos que queden súper crujientes.
Una vez se hayan enfriado, ya puedes degustar este excelente producto, bien sea como picoteo, acompañadas de un aperitivo, o bien para la realización de numerosos platos, postres y dulces.